de Miguel Ramos
La última hora de clase era tediosa y más si traías los shorts bajo los pantalones, el día que tocaba deportes. Nunca entendí porque no usábamos pants. Comenzaba la clase de deportes, veíamos el patio como se ve una duna desértica desde su nivel de horizonte con el calor excesivo difuminandolo, las filas de 2 en fondo, quedábamos entonces a merced de los maestros Pérez, Pinzón, Picasso o Esteban. - Distanciaaaa!!!! 1, 2,3. En descanso, yaaa, Firmes ya. Después la marcha al rayo del sol, las repeticiones, las lagartijas, los arranques de 5 yardas, si te pescaban hablando, la patilla a 90° hacia arriba, las 300 sentadillas, las 20 vueltas al campo y reintegrarse. Tenis blancos sin rayas, sin cintas adhesivas, es más los Dunlop sin banderitas, eso era disciplina. Los bebederos se abarrotaban con el agua fresca, había piernas blancas, morenas, transparentes, fuertes, el que parecía parado de manos, en fin un bufete de miserias característico de la pubertad y por supuesto de muchos la marcada carencia de ejercicio. La preparación para las olimpiadas internas era de verdad un casting de habilidades físicas, salto de altura, 100 metros, 200 metros, lanzamiento de disco , lanzamiento de bala, obstáculos, relevos 4 x 400 donde más de uno se esguinsó el dedo pulgar. Mente sana en cuerpo sano. La alberca helada parecía en lugar de correr pruebas de 100 metros estilo libre o mariposa, semejaba una prueba de Iron Man resistiendo aguas a bajas temperaturas, no dudo que en su momento vimos pasar cerca a un oso polar o a un pingüino asombrados de ver humanos de color azul. Jugamos de todo.
Después la práctica al aro de basquetbol , como caricatura de Goofy para los que no éramos diestros en el manejo de ese Deporte: Lección 464 – Basquetbol. Tome usted el balón entre sus manos , sienta su textura, su redondez, ahora separe las piernas y bote hacia usted……Pow!!!!!, directo a la cara……Nuevamente el narrador : si en este momento se encuentra viendo estrellas…..ha reprobado la lección. El basquetbol no era para mí. Bajabamos 1 o 2 kgs por sesión, pero quien a los 15,16 o 17 años no puede hacerlo, aunque era inútil bajarlos Doña Mary nos esperaba a la salida bajo su techo de lámina y su tina de aluminio con los bloques de hielo. Al sonar el timbre de salida todos disparados – Me da dos de queso y un sope con salsa. – A mi me da dos de tinga y una de carne. Los refrescos se iban como agua. Tomábamos dos de un jalón. Era tan generoso el puesto y éramos clientes preferentes que teníamos crédito. Me la apunta por favor?. Hace unos meses después de 20 años de haber salido regrese al mismo puesto y pedí una quesadilla de queso, estaba igual de hambriento, la salsa sigue siendo la misma, sus manos ya están cansadas pero a pesar del tiempo sigue firme como vigía de la Tola entre hierba más larga y jardines solitarios, CON EL MISMO SAZÓN DE MI JUVENTUD…..
La comadre de las Quecas !!!!!, buena narracion, pero lomejor... la foto de Doña Mary !!!! (casi tan buena como sus queca de tinga con queso)
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