de Miguel Ramos
…..Después de tomar algunos talleres de Secundaria que en momentos llegué a odiar como Mecanografía , mismo que por cierto hoy agradezco la agilidad obtenida cuando tengo que contestar 100 correos por día, sin mayores preámbulos llegó el momento del misterio, del cuarto escondido cerca del estacionamiento de los maestros Tapia. Con sonidos raros, de sinfonías acústicas de limas y taladros, de esmeril y buril, de bancos, de tuercas, de martillo pegado al punzón, cantando alegremente : lima limatón - cola de ratón…..
Un aula de ladrillo descubierto, bien acabado, con ventanal de herrería rudo pintado de amarillo crema, nos esperaba, la puerta siempre abierta y ahí en la esquina del taller erguido en su mesa, el mandil pendiendo del cuello, al igual que el armazón negro de policarbonato que unas manos manchadas de limpiador de metales levantan para ver de cerca el tripie botanero para charola redonda que acaba de darle forma. Entramos con miedo nos mira fijamente, la tentación no resistimos de tomar la herramienta, como rayo, llega al lugar con el grito de guerra : - “Haber trae acá chacho... menso!!!!!” deje ahí. Después la fórmula mágica del proceso “Dibujo, Análisis y Flujo…..chacho baboso!!!!”. Todos quietos, un gran estilo de disciplina. Después del silencio, la nueva orden. - Acomódense en las mesas, póngase el mandil!!!!.
El pizarrón siempre con el dibujo hecho perfecto, a copiarlo en el cuaderno con detalle con cotas , con precisión de milímetros, a escala. Y la sentencia directa , - “Si no trae solera no califico”. No faltaban las guerras en el taller, el desquiciarle borrando el pizarrón que por supuesto traía como consecuencia sobre el culpable la mirada fija, cuello hacia adelante, hombros erguidos y la mano señalando - No borre mis dibujos chacho canijo!!!!!!.
Ese era en aula, pero después de clase era un viejo magnífico, Raúl Reyes platicaba y hasta reía, hablaba de su familia, de su nieto , y su diente de metal se asomaba con mayor frecuencia cuando sonreía. A mí me decía Rosario y aunque lo corregí varias veces sugiriéndole el Ramos, sostenía que así debía llamarme. Su pasión cortar, doblar, taladrar y crear, un portarretratos, un gong chino, un lámpara de buró, usando la escuadra, la segueta, la lima, el trazador , el rayador de latón, el limpia metales, disfrutando como buque de vino el olor que antecedía al brillo de el latón….. Descanse en Paz…..
Al final del patio, un aula de ladrillo descubierto Con sonidos raros, de sinfonías acústicas de limas y taladros, de esmeril y buril, de bancos, de tuercas, de martillo pegado al punzón, cantando alegremente su grito de guerra : lima limatón - cola de ratón…..
Registro de Autor : 03-2006-031713105000-01
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